sábado, 19 de noviembre de 2011

MUJER DE EXITO

Este martes, la peruana Marina Bustamante (propietaria de "RENZO COSTA") amaneció en Nueva York. Acudió para recibir el premio international Women’s Entrepreneurial Challenge (IWEC), una iniciativa de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Barcelona (España), de la Cámara de Comercio de Manhattan (Nueva York) y del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Fue la única latinoamericana galardonada entre 19 mujeres provenientes de diferentes partes del mundo. Ella, una empresaria pujante, es una pieza de la gigantesca e imparable maquinaria emprendedora que, en los últimos 20 años, ha empujado el crecimiento del país.
¿CÓMO SE SIENTE CON ESTE RECONOCIMIENTO?

Qué puedo decir… Estamos en pleno siglo XXI, el siglo de las mujeres, y yo soy una emprendedora nata. Pese a las dificultades, sabemos dar la lucha. En estos momentos, justamente, estoy con empresarias de otros países aprendiendo de sus experiencias, que me servirán para mi empresa y para compartir el conocimiento, pues doy cursos y seminarios.

¿POR QUÉ DECIDIÓ TRABAJAR CON CUERO?

Mi abuelo materno fue curtidor de cuero artesanal. Yo tenía bonitos recuerdos de él. Por eso, cuando sentía el olor a este material, me venían a la mente sensaciones positivas. Así que decidí trabajar con este insumo.

ENTONCES, ESTUDIÓ CONFECCIÓN...

No, yo estudié Psicología, pero nunca ejercí la carrera. Es que desde que salí del colegio, a los 16 años, sabía que tenía que dedicarme a esto, pero mi papá me decía que tenía que estudiar. En ese tiempo se pensaba que solamente los hombres podían hacer empresa. Me prohibió hablar del tema, y yo ingresé a la Universidad Nacional de San Marcos para darle gusto a él. Terminé la carrera y, luego, entré a estudiar Arte Dramático. Después instalé mi taller. 

FUE EMPÍRICA...

Aprendí de la vida. Un día compré una cartera en el Callao y la desarmé totalmente para saber cómo estaba hecha. Para hacer casacas fue igual. Viajé a Buenos Aires (Argentina) y, como no me alcanzaba el dinero, compré solo una casaca de cuero, la desarmé, vi que tenía algunas fallitas y la mejoré estandarizando su modelo al talle de los peruanos. Innové pues, además, empecé a trabajar sobre teñido.

¿CÓMO ERA HACER EMPRESA EN EL PERÚ EN LOS AÑOS 70?

¡Uy¡ Eran tiempos difíciles. Los emprendedores tuvimos que sortear muchos retos para salir adelante, es que estamos acostumbrados a jalar para arriba. Hemos convivido con el terrorismo, la hiperinflación y, después, el fenómeno El Niño. En nuestro caso, este último nos afectó mucho pues hacíamos ropa para el invierno. Encima, los bancos no nos daban crédito porque éramos considerados personas de baja credibilidad financiera. 

¿CÓMO HIZO PARA FINANCIAR SU EMPRESA?

Por esos años, las mujeres no teníamos acceso al crédito. Tampoco se veía a las mujeres haciendo empresa. Ahora tenemos las mismas posibilidades y se ha comprobado que somos mejores pagadores. Es más, actualmente hay más emprendimientos femeninos que masculinos. Empezamos en la sala de nuestras casas, en nuestros garajes, en la cocina y, poco a poco, vamos saliendo adelante.

EN PARALELO, LAS MUJERES ADMINISTRAN SUS HOGARES...

Cuando se tiene hijos es muy doloroso sacrificar el tiempo que hay que dedicarles. Una tiene que renunciar a muchas cosas. Con mi primer hijo, Renzo, fue más fácil. Yo lo llevaba a mi taller. Él jugaba con los broches y con los cueritos. Con el segundo, Juan José, fue más difícil. La empresa estaba creciendo y tuve que dejarlo en casa. Ellos me comprendieron. Y, gracias a ellos, hoy trabajo en lo que amo. 

¿SU PAREJA NO PARTICIPÓ EN EL MANEJO DE LA EMPRESA?

Me he divorciado dos veces. Si bien en algún momento me han dado apoyo emocional, el trabajo lo hice yo sola. Hay hombres que no soportan el ritmo que una lleva. Por machismo, tampoco soportan que una sobresalga. 

¿QUÉ CONSEJO LES DARÍA A LAS MUJERES QUE, COMO USTED, QUIEREN TENER SU EMPRESA PROPIA?

Tienen que confiar en ellas mismas y quererse mucho para que el resto las valore. Deben, también, identificar aquello que les gusta hacer y no declinar si las cosas salen mal. De los errores se aprende. Y si ya han triunfado, no deben creer que ese es el final. El éxito no es la cima. Es solo un logro. Hay que pensar siempre: ¿Y ahora qué? No deben olvidarse de sus raíces. Deben ser solidarias y devolver a la sociedad lo que esta les ha dado.

¿QUÉ HACE RENZO COSTA POR LA SOCIEDAD PERUANA?

Desde hace cuatro años contratamos a sordos. Hoy, el 12% de nuestro personal tiene esta discapacidad. Inicialmente fue difícil incorporarlos. Hoy se nota que le han dado una mística especial a la empresa. Es tal el avance en su reinserción que, inclusive, podemos capacitar a otras compañías para que hagan lo mismo.

FUENTE: PERU21

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